Vísperas de un periplo esperado

Qué difícil se me hace escribir en estos días. Falta de inspiración? Más bien falta de tiempo, digo yo, aunque al final siempre caigo en la cuenta de que hay tiempo para lo que uno más disfruta...Por suerte ya volví a la música y eso me ha devuelto un porcentaje del equilibrio creativo que necesitaba, desde hace tiempo. Añoro esas épocas, en la pubertad, en que era posible "aburrirse" por no tener nada que hacer. Qué sensación sería esa que ya no la recuerdo, entre tantos sueños que se agolpan y luchan por concretarse en la medida que los recuerdo y los reubico en mi cadena absurda de prioridades.

Estamos a punto de partir con K. a un viaje largamente postergado y esperado. Espero que sea muy significativo, de hecho, estoy seguro de que así será. Y es por la conjunción de cosas, más que por algo en particular. Sentir que estoy ad portas de un cambio radical y profundo, y marcarlo con esta experiencia de reencuentro con los mejores amigos de mi vida, me emociona, y me puede llevar a las lágrimas de un momento a otro.

Como que, por decirlo de alguna manera, estoy en un equilibrio emocional bastante precario. Sé exactamente de qué quejarme y, lo peor de todo, es que tiene que ver conmigo mismo.

Veremos que pasa en los próximos días. K. me acaba de lllamar para partir.